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miércoles, 22 de diciembre de 2010

INVESTIGACION: Un nuevo y viejo mal urbano


La enfermedad de Chagas se extiende por todo el país. Sus causas y consecuencias, la situación de la vinchuca ante el cambio climático. Su prevención, diagnóstico y tratamiento,el alerta que generó en países como Estados Unidos y Canadá.

“Sufro de baja presión y a veces me falta el aire, trabajo en una casa de familia y a veces hago fuerza. Tengo miedo.” Palabras similares a las de Nilda Montés(54) pueden escucharse a diario en cualquier hospital porteño. Ella viene del Chaco, tiene Mal de Chagas y como consecuencia de esa enfermedad parasitaria desarrolló una dilatación cardíaca que le impide desarrollar su vida cotidiana. No es la única, representa sólo un caso del 37% de chagásicos que recibe el Hospital Fernández por mes y pone de manifiesto la nueva situación de la principal endemia nacional: el mal dejó el adobe y la paja de los campos del norte para expandirse también por el cemento de las ciudades del país y del mundo.

Si bien la vinchuca-el insecto que contagia la enfermedad al picar y defecar sobre la piel humana- amplió su zona de influencia, ya no constituye el principal agente de contagio. El llamado “mal de los pobres” tiene una incidencia del 80% en las zonas urbanas y, según los especialistas, puede hallarse en todo el país como consecuencia de migraciones y traslados.

Según datos oficiales y de ONG`s, en Argentina se calcula que entre 3 y 6 millones de personas la padecen, sus síntomas se manifiestan durante los 15 días posteriores al contagio con dolores de cabeza y fiebre, luego se vuelve asintomática y recién 20 años después aparecen las complicaciones cardíacas. En esa etapa ya no es curable. Su prevalencia, dependiendo de cada región, ronda entre el 4 y 8%.La doctora Luisa Giménez, titular de la Red de Chagas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aseguró que “hoy absolutamente todo el país tiene riesgo de transmisión.”

TRASLADOS PELIGROSOS

Para la doctora María Laura Tinelli, de Médicos sin Fronteras, la causa de esta ampliación del mapa está asociada a las migraciones desde Chaco, Salta, Jujuy, La Pampa, Corrientes, Tucumán, Neuquén, Catamarca, Santiago del Estero, Santa Fe, San Luis, San Juan, Río Negro, Entre Ríos, La Rioja, Formosa, Córdoba, Misiones, Mendoza, Bolivia, Brasil y Paraguay-conocidas como zonas endémicas porque el mal está instalado desde hace mucho tiempo- hacia las grandes ciudades que favorecen el contagio a través de donaciones de sangre, trasplantes de órganos o, la más común, de madre a hijo.

“Muchos se enferman en sus provincias de origen y trasladan la infección al migrar a la capital y el conurbano en búsqueda de mejores condiciones de vida”, aseguró María Catalina Antico Penna, presidenta de ALCHA(Asociación de Lucha contra el Mal de Chagas). Para el doctor Jaime Altcheh, Jefe de Parasitología del Hospital Gutiérrez “la mayoría de los infectados viven en ciudades y los nuevos casos se generan por contagio trasplacentario, es decir, de una mama a su hijo”. Aclaró que los contagios por trasplantes y transfusiones de sangre ya fueron controlados.

Las incipientes campañas en las urbes apuntan a la detección de la enfermedad en embarazadas y niños ya que si se detecta antes de los 14 años el 98% se cura, a pesar de no contar con una fórmula pediátrica de ninguno de los dos medicamentos indicados para su tratamiento-Beznidazol y Nifurtimox. Según Altcheh en todo el país nacen 1500 bebés enfermos cada año, de los cuales 500 son diagnosticados y solo 250 reciben el tratamiento adecuado. El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez es centro de referencia para combatir la enfermedad y recibe entre 40 y 50 infectados al año.
Como prueba piloto, en el Hospital Piñero se analizaron a 205 chicos de nueve y diez años de los cuales 2,5% resultaron positivos y ahora están en tratamiento. Desde la Red de Chagas de la ciudad planean extender este tipo de controles a todas las escuelas porteñas.

Sin embargo, el doctor Atcheh asegura que no todas las provincias cuentan con un servicio óptimo para el combate de la parasitosis ya que el buen funcionamiento del servicio de salud depende de factores económicos. “En las provincias endémicas muchas veces se hace el diagnóstico del chico y no el seguimiento, entonces avanza la enfermedad sin el tratamiento adecuado,” aseguró Marcelo Abril, de la fundación Mundo Sano. Sólo un análisis de sangre es necesario para detectar la infección.

CAMBIO AMBIENTAL

Pero la vía de transmisión vertical- de madre a hijo- no es la única causa de la expansión del Chagas: “la deforestación hace que la vinchuca se mueva hacia donde vive la gente. Hemos detectado al insecto en las afueras de la ciudad de Mendoza en una distancia equivalente de Vicente López al microcentro porteño,” confirmó Tinelli.

Sergio Sosa Estani, de la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores, aseguró que “pueden haber vinchucas en cualquier territorio del país, incluida la Capital Federal, por el traslado involuntario de un insecto en un bolso.” Pero aclaró que “no existen colonias que nacen se reproducen y mueren en Buenos Aires.” En esos casos, se analiza la posibilidad de contagio en la gente que viva en los alrededores de donde el insecto haya sido encontrado. “Cuando se confirman hallazgos se hace la intervención correspondiente que puede o no estar acompañada de acciones de fumigación con insecticidas de acuerdo a la investigación epidemiológica para ver el grado de exposición de una persona,” amplió.

Ya en el 2001 se habían encontrado vinchucas en una casa del barrio porteño de Chacarita y otras 3000 en un criadero de gallinas de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires.

Giménez alertó que el cambio climático hacia una temperatura tropical en la ciudad puede permitir el desarrollo de la enfermedad en los próximos años. También admitió que los insectos encontrados e investigados no estaban infectados con el parásito tripanisoma cruzi que causa el mal.

COMBATE Y RESISTENCIA

Para detener su avance es necesaria la acción en la zona endémica, que está dada por el insecto, que se cría en las grietas de las casas de adobe y paja y se alimenta de la sangre de quienes allí viven. El Programa Nacional de Chagas tiene vigencia desde el año 1962 de todas formas, las campañas de prevención lejos de combatir a la vinchuca, la han fortalecido ya que las fumigaciones no son constantes en el tiempo. Estudios realizados en los alrededores de la localidad Salvador Mazza(Salta), revelaron que el insecto posee una resistencia 133 veces superior a la normal. “Con la fumigación errática lograron fortalecer al vector. Por eso los insecticidas que hasta el momento se usaban ya no tienen la misma eficacia. Por cambios de gobierno, de políticas de salud y de presupuesto la acción fluctúa: en un año se trabaja en 200.000 casas y al otro en 40.000,”agregó la doctora Tinelli.

“En la Argentina se gastaron millones de pesos y hubo tareas discontinuas. Existieron períodos de mucho rociamiento con resultados exitosos. Pasado un tiempo se dejó de rociar en distintos puntos del país y a pesar del dinero que se invirtió, se volvió hacia un punto cero,” admitía a la prensa Héctor Freilij, director del programa nacional que combate la enfermedad.
“Las soluciones propuestas son conocidas, tienen que ver con el control del insecto, para lo cual es necesario una fumigación continuada en el tiempo y el espacio, para no dejar áreas sin protección. Reducir la acción al control de la vinchuca es muy poco inteligente”, sostuvo Abril. “En los ámbitos rurales es el Estado el que tiene que encabezar actividades de fumigación y control del insecto, en las viviendas de adobe y paja”, dijo la doctora Giménez.
El 3 de noviembre el ministerio de Salud de la Nación hizo entrega de 750 mil máquinas fumigadoras con capacidad para 10 litros de insecticida, en cada provincia endémica. “Las fumigaciones se llevan a cabo en el interior de las viviendas y en el peridomicilio, que incluye a corrales y gallineros, con insecticidas inocuos para las personas y los animales. Luego es necesaria una vigilancia continua y si vuelven a aparecer vinchucas, es importante que los vecinos lo denuncien a las autoridades locales,” manifestaba el doctor Estani en esa jornada.

“Es absolutamente necesaria su eliminación con la aplicación de insecticida-amplió- pero debe ir acompañada por acciones de saneamiento ambiental tendientes a disminuir los escenarios favorables para la proliferación del insecto. Se deben tener paredes y techos alisados, evitar estructuras de corrales y gallineros próximos a los dormitorios y tener no mas de dos perros o gatos en la casa. Son acciones que dependen de lo gubernamental, por un lado y de la actitud cultural que si se conjugan, pueden reducir el riesgo de contagio hasta 8 veces.”

“La fumigación debe ser constante porque un solo insecto en sus 17 meses de vida pone hasta 300 huevos que no mueren con el insecticida. Pero también hay que quemar las casas rancho y darle trabajo a al gente porque si no tienen plata para mantener la higiene no se puede hacer nada”; sentenció Penna.

DE SILENCIO Y SILENCIADOS

Es el mal de los pobres y como escribió Eduardo Galeano “mata callando, mata a los callados: a los que viven condenados al silencio y mueren condenados al olvido”. Sea en una ciudad o en un campo del norte, quienes padecen Chagas carecen de recursos económicos y de medios para pujar por sus derechos. “Como afecta a los sectores más silenciosos de la sociedad no hay un sentido de urgencia en la solución, aquí los afectados son siempre los mismos” declaró Abril. Círculo de negligencia del Chagas es el nombre que recibe la situación en la que ni los pacientes, ni los médicos, ni los Estados pujan por la investigación científica.

“Afecta a sectores sociales que no tienen valor de mercado, no es rentable para ningún laboratorio producir una droga con un precio elevado para personas que no lo puedan pagar. Los gobiernos podrían comprarla para su población, pero no lo hacen”, remarcó Tinelli. Las dos drogas asignadas para tratar al paciente crónico, el Benznidazol y el Nifurtimox, fueron desarrolladas hace más de 35 años y en investigaciones desligadas del Chagas. Ambas muy tóxicas, tienen múltiples efectos secundarios. Los medicamentos eran producidos por Bayer y Roche, este último dejó de fabricarlo y le cedió los derechos a un laboratorio nacional brasilero que producirá el Benznidazol para toda Latinoamérica y lanzará en marzo la fórmula pediátrica de 12mg que se podrá disolver en agua.

Pero como versa el dicho: “mas vale prevenir que curar” y eso parece demostrar el informe del doctor Ricardo Pesce sobre los costos económicos de tratamiento y prevención del mal. Fumigar una casa cuesta 4,4 dólares, mientras que tratar a un paciente crónico, cuando la enfermedad es asintomática, puede llegar a demandar hasta 250 por año. En fase aguda, es decir con insuficiencia cardíaca, el precio asciende a 8.000 dólares. La investigación también indica que “el 22% de los pacientes nunca accederá a los servicios de salud”.

Gimenez reveló que “no existe un apoyo económico a la investigación en Chagas” y remarcó que hay “un déficit en la enseñanza de esta enfermedad en las universidades. El desconocimiento de los profesionales sobre la enfermedad es un factor de riesgo que impacta en la salud pública porque al existir desconocimiento hay mala prevención, diagnóstico y tratamiento.” En ese sentido, un test realizado por la Sociedad Argentina de Cardiología a sus miembros demostró que un 64% contestó mal el 30% de las preguntas. “Cuando uno habla con un médico te dice que no sabe de Chagas sino de cardiopatías-prosiguió-lo que no entiende es que una cardiopatía puede ser producida por un estado agudo de la enfermedad”. Propone un trabajo multidisciplinario en el cual la universidad esté en constante participación con el Estado y diversos sectores sociales, para abordar la problemática desde todos los puntos de vista.

NO TODO ESTÁ PERDIDO

Combatir al mal es difícil, pero no imposible. En Añatuya, Santiago del Estero, gracias a la acción conjunta de la municipalidad, Cáritas, el CONICET y la fundación Mundo Sano se redujeron del 45 al 8% los casos positivos. “Hemos llegado a una desinfección total de la ciudad”, aseguró el doctor Hugo Mujica, de esa localidad. La acción conjugó educación a los niños en las escuelas, análisis para detectar a los infectados y proveerles tratamiento, limpieza de casas y fumigación. En tanto en la Capital, la organización de los médicos de los distintos hospitales porteños en la Red Argentina de Chagas provee a los enfermos de análisis gratuitos, medicación y marcapasos.

¿Es también una Pandemia?

Pero la situación de expansión del Mal de Chagas no es exclusiva de la Argentina, en los últimos años se han detectado altos índices de prevalencia de la enfermedad en los países del primer mundo. Las migraciones desde los 22 Estados latinoamericanos donde es endémica serían la causa.
De esta forma, se estima la existencia de 300.000 pacientes enfermos en Estados Unidos, 80.000 en Europa y el Pacífico occidental, 5.500 en Canadá, 3.000 en Japón y 1.500 en Australia. Su propagación se habría efectuado ante la falta de controles en trasplantes y transfusiones de sangre infectada.
“Es necesario mejorar la información y los sistemas de vigilancia a nivel nacional y supranacional, implementar cuidados médicos para los pacientes con enfermedad de Chagas en países no endémicos, interrumpir la transmisión por la vinchuca, implementar controles adicionales en los bancos de sangre y en los trasplantes de órganos, e incluir un diagnóstico diferencial dentro de la medicina del viajero”, concluyeron José Rodrigues Coura y Pedro Albajar Viñas en un artículo publicado por la revista Nature.
En Australia se generó una asociación similar a la argentina ALCHA (Asociación de Lucha contra el Mal de Chagas) por la elevada cantidad de migrantes chagásicos de países latinos. Las autoridades están tomando cartas en el asunto para evitar más contagios. Mientras, la Organización Mundial de la Salud no ha establecido a la enfermedad como pandémica a pesar de estar presente en cuatro continentes.


“Se podrá encontrar una cura”


El biólogo e investigador del CONICET Claudio Pereira aseguró que “se podrá acceder a un nuevo medicamento durante la próxima década, si se tienen en cuenta las múltiples investigaciones que se desarrollan actualmente en el país.”
Trabaja desde hace 17 años con el tripanosoma cruzi, el parásito que causa el Mal de Chagas. “Intentamos encontrar aquellos puntos de su metabolismo que no poseen los humanos, así podremos generar una medicina que ataque esos aspectos y no le genere contraindicaciones al paciente que la consume”, indicó.
Pereira y su equipo de cinco personas investigan las formas en que el parásito consume los nutrientes del hombre infectado y la producción de energía que usa para su movimiento. Destacó que los fondos internacionales para la enfermedad han disminuido notablemente pero que a nivel nacional se ha avanzado en el conocimiento de las cusas del mal.
En otro sentido, la ANMAT está investigando una novedosa pintura con insecticida que al aplicarla sobre las paredes y techos de las viviendas impide la reproducción de las vinchucas. Fue descubierta de casualidad por la licenciada en química española Pilar Mateo y sería más barata que fumigar cada tres o cuatro meses. Es una incógnita el modo de aplicación en las casas rancho, donde las paredes son de adobe y paja y no están revocadas.

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